Espanol
Piensamientos en un hospital
El le pregunto, si ella querría que otra persona llevara su sufrimiento por ella. Ella contesto que por supuesto que no, porque no se lo deseaba a nadie. El Lama dijo que Todos tenemos que llevar a cuestas un poco del sufrimiento del mundo, y que nunca se espera de nosotros que llevemos más de lo que podemos soportar.
Mi Sindrome de Guillain Barre
El
día 20 en el hospital me dio nueva energía y superé la depresión
de ayer. Hoy puedo verlo todo positivo otra vez porque me di cuenta
de que en comparación me encuentro muy bien. No tengo una enfermedad
realmente mala, y de nuevo puedo esperar recuperarme al 100% e
incluso el dolor es muy tenue.
Pero una y otra vez mi corazón, casi siempre abierto, se cierra de vez en cuando y adora bañarse en auto compasión. Sin embargo, a menudo al día siguiente mi conciencia emerge y abre mi corazón de nuevo. Puedo sentir amor por todo el mundo otra vez. Veo el valor de la gente y les admiro por sobrellevar estas exigencias diversas y pesadas de la vida:
Desde la vieja mujer de la limpieza que limpia las mismas habitaciones cada día desde hace más de 30 años y que lucha mas contra el aburrimiento terrible que contra las bacterias.
Las enfermeras que siempre están rodeadas de enfermedad y sufrimiento e intentan todo lo posible para tratar a sus pacientes como humanos más que como objetos;
Pero una y otra vez mi corazón, casi siempre abierto, se cierra de vez en cuando y adora bañarse en auto compasión. Sin embargo, a menudo al día siguiente mi conciencia emerge y abre mi corazón de nuevo. Puedo sentir amor por todo el mundo otra vez. Veo el valor de la gente y les admiro por sobrellevar estas exigencias diversas y pesadas de la vida:
Desde la vieja mujer de la limpieza que limpia las mismas habitaciones cada día desde hace más de 30 años y que lucha mas contra el aburrimiento terrible que contra las bacterias.
Las enfermeras que siempre están rodeadas de enfermedad y sufrimiento e intentan todo lo posible para tratar a sus pacientes como humanos más que como objetos;
Los
doctores que soportan responsabilidad frente ambas partes, jefes y
los pacientes lo que en nuestro tiempo es prácticamente imposible.
Y
todos los pacientes que se ven martirizados por el dolor y miran cara
a cara a la muerte o se sientan desesperados en las salas de espera
atestada s, esperando recibir un tratamiento por sus dolores.
Hasta las visitas, que a pesar de sus propios miedos, penas y aburrimiento siempre intentan aportar sus fuerzas más positivas.
Hasta las visitas, que a pesar de sus propios miedos, penas y aburrimiento siempre intentan aportar sus fuerzas más positivas.
Como
tal, un hospital es un lugar extraño y cruel. Aun así en este
edificio también se encuentran mas esperanza amor y compasión que
casi en ningún otro lugar.
Estoy
leyendo las memorias de mi amiga Cathy, que ha luchado contra
tuberculosis crónica durante toda su vida. Describe un encuentro con
un lama budista. Le pidió consejo acerca de sus problemas físicos.
El le pregunto, si ella querría que otra persona llevara su sufrimiento por ella. Ella contesto que por supuesto que no, porque no se lo deseaba a nadie. El Lama dijo que Todos tenemos que llevar a cuestas un poco del sufrimiento del mundo, y que nunca se espera de nosotros que llevemos más de lo que podemos soportar.
Pienso
en eso cada vez que lo paso mal en el hospital. En todas partes hay
tanto dolor y sufrimiento, y todo el mundo tiene su pequeña
esperanza de mejora, incluso si es ínfima e irreal.
Ya
he conocido verdaderos héroes en este campo.
Aquí realmente he adquirido gran admiración por toda esta esperanza en nosotros humanos.
Aquí realmente he adquirido gran admiración por toda esta esperanza en nosotros humanos.
Es
una fuerza tan grande en nosotros. Y nuestra voluntad de vivir
permanece con nosotros hasta el último aliento. Pero quien sabe,
quizás incluso más!
Somos
almas eternas, equipadas con este aparente poder supernatural de la
vida. E incluso si todavía hacemos tantas cosas estúpidas aquí en
la tierra, e incluso si destruiremos todo en este planeta único
siendo increíblemente crío s e ignorantes, incluso si aun no hemos
conseguido romper estas eternas cadenas de violencia y sufrimiento
hasta hoy,....todo s somos portadores de una esperanza sin fin que
siempre tiende hacia la vida y el amor.
Una
fuerza que es definitivamente mas fuerte que nada en el mundo.
E
incluso si lo intentamos mas, nunca seriamos capaces de destruir la
vida en si en el planeta, esta esperanza no se puede destruir. La
vida es mucho más fuerte que la muerte, incluso si a primera vista
parece que la muerte ganara siempre.
Pero
estamos pasando por alto el hecho de que la muerte realmente no es el
final, es únicamente el cambio a otra dimensión, y este poder de
esperanza en nosotros es inmortal!
¿Quién
sabe? Quizás después de la muerte esperemos con tanta alegría como
antes! Quizás esperemos una nueva vida, o que nuestros seres
queridos perdonen nuestras errores, o ser finalmente liberados de
este eterno ciclo de muerte y renacimiento...
Hasta
la fecha nadie lo sabe con certeza, incluso si mucha gente, como yo,
que han tenido experiencias cercanas a la muerte, han recopilado
algunas piezas de este puzzle. La muerte sigue siendo u misterio
secreto, pero podemos afirma r con gran certeza basándonos en todos
los informes que la muerte no es el fin, porque nuestra conciencia no
es el producto de nuestro cuerpo sino al contrario.
Mi Sindrome de Guillain Barre
Finalmente
mis dedos funcionan de nuevo así que puedo comenzar a escribir sobre
esta rara enfermedad llamada Síndrome de Guillain Barre la cual me
golpeó duramente el pasado mes de octubre. Hay tanto en mi cabeza
esperando a ser escrito…y se que aquellos que me conocéis habéis
estado esperando para conocer esta experiencia que me ha cambiado la
vida.
¿Que
es un Guillain Barre?
El
Síndrome de Guillain Barre se conoce desde hace 200 años, es una
enfermedad autoinmune en la cual la función del sistema inmunitario
es invertida por un virus y ello conlleva una destrucción de la capa
aislante de los nervios (la mielina). La consecuencia de ello es una
parálisis de todo el cuerpo incluyendo el sistema respiratorio. El
tratamiento se dirige a frenar el funcionamiento del sistema
inmunitario a base de inmunoglobinas y con ello parar el proceso de
destrucción. De ese modo el sistema inmunitario puede después
recomenzar su funcionamiento y la capa de mielina puede crecer de
nuevo poco a poco y así la mayor parte de la parálisis puede
curarse en un año.
¡Es
una experiencia durísima, os lo aseguro!
Pero
primeramente muchísimas gracias a todos por todo el amor y los
buenos pensamientos que me habéis estado enviando durante mi
hospitalización. Me siento profundamente emocionado y todavía
maravillado de cómo la noticia de mi enfermedad ha viajado tan
lejos. He recibido mensajes de mucha compasión y buenos deseos desde
todas partes. Por ejemplo: muchos de vosotros habéis tomado parte en
la idea propuesta por mi mujer, Claudia, de pensar en mí cada noche
a las 21h con el propósito de enviarme sanación y ha habido algunos
círculos de meditación en Órgiva que han orado por mí. Por si
esto fuera poco esta onda de sanación ha llegado tan lejos que
incluso Anna, la organizadora de un centro de retiro Budista Tibetano
cercano, envió un email al norte de India y 5000 monjes tibetanos
que viven allí en el exilio han orado por mí. ¡Qué gran regalo!
Todo
esto me ha emocionado profundamente, especialmente por que esta seria
enfermedad no solo ha cambiado radicalmente mi propia conciencia-
abriendo mis ojos y mi corazón – sino que además ha hecho que
muchos de mis amigos sean capaces de ver sus propios problemas en
perspectiva. Tan a menudo he llorado de alegría por la experiencia
de amor profundo que me ha llegado durante ese tiempo siempre y de
todos lados, así como por la gran amabilidad que me han mostrado.
Bien
¿Cómo comenzar?
Todo
comenzó con tanta rapidez y tan de repente…No pude identificar mis
primeros síntomas hasta una semana antes de la hospitalización.
Empecé a perder el sentido del gusto y la sensación de frío o
calor en mi piel se acrecentó intensamente así como un cosquilleo y
entumecimiento en pies y manos. Cuando mis piernas se debilitaron de
golpe y colapsé en la puerta de mi casa ¡ciertamente era el momento
de ir al hospital de Granada!
Esto
fue el 07.oct. 2012 y un último aviso porque un día más y
probablemente hubiera sido demasiado tarde. En el hospital fui
diagnosticado con el Síndrome de Guillain Barre, una rara y
repentina forma de parálisis. Me pusieron inmediatamente en Cuidados
Intensivos y con una fuerte medicación.
Sí,
fue muy duro, especialmente en el principio- estar tan completamente
paralizado y tumbado allí totalmente inerme e indefenso- Mi sistema
inmune reaccionó contra la capa de mielina aislante de mis nervios y
todo lo que podía hacer era mover mi cabeza ligeramente hacia un
lado. No podía mover el resto de mi cuerpo en absoluto e incluso la
mitad de mi cara estaba paralizada. Los músculos de mi pulmones no
tenían fuerza así que tuvieron que ponerme en ventilación mecánica
en Cuidados Intensivos durante seis semanas para conseguir que
respirara. Me dieron morfina en dosis altas para ayudar a combatir el
tremendo dolor. Y yo ni siquiera podía hablar. Solamente era una
cabeza con un pedazo de carne inerme pegado a ella. ¡Y cada roce me
provocaba un dolor infernal!
Solo puedo recordar vagamente esas dos
semanas que pasé en Cuidados Intensivos. Los médicos me mantenían
dormido prácticamente todo el tiempo. Si no hubiera sido por mi
mujer Claudia que fue capaz de explicarme, en mis pocos momentos
lúcidos, lo que me estaba ocurriendo hubiera sido una pesadilla
terrorífica. Atrapado en un cuerpo incapaz de moverse ni
comunicarse…pero ella me tranquilizó asegurándome que en un par
de meses estaría en camino de recuperar de nuevo mi salud.
Durante
ese tiempo estuve tan cerca de la muerte que tuve la posibilidad de
ver una parte del resto de mi vida en este planeta como en un
cortometraje. Me vi a mi mismo en un futuro cercano, caminando
felizmente con mis hijas en un día soleado y en ese momento decidí
espontáneamente: sí, quiero volver a la vida.
Recuerdo
que eso me ocurrió cuando estaba sintiendo unos dolores tremendos y
estaba híper ventilando. Una enfermera trataba de poner mis piernas
en una posición mejor, pero el dolor era aún extremo. De repente mi
conciencia se extendió a toda la habitación y ahora podría decir
quienes estaban en la habitación sin haberlos escuchado y sin haber
abierto mis ojos. Me comunicaba con la enfermera solo a través del
pensamiento. Sabía que estaban preocupados por mí, podía
escucharla llorando y llamándome por mi nombre y yo pensé: ¿acaso
voy a morir?
Con
esta pregunta en mi mente me trasladé a otra realidad donde estuve
más cercano a la atemporalidad que al tiempo tal y como lo
conocemos. Pero aquello me pareció más real que cualquier otra cosa
que haya nunca experimentado con anterioridad. Desde allí la Tierra
me parecía una “trampa del tiempo” en ese infinito vacío y
plenitud de atemporalidad. Todo estaba contenido en ella, el pasado,
el presente y el futuro de todos los seres. Lo que me sorprendió
especialmente fue ser capaz de vislumbrar todas esas realidades
paralelas que existen para todos y cada uno. ¡Verdaderamente todas
las posibles trayectorias vitales que puedan existir!
De
repente me alejé flotando más lejos, como si estuviera unos 1000
Km. por encima de la Tierra, con mi cuerpo en postura fetal alrededor
de un eje. Podía sentir mi cuerpo físico por el dolor tan fuerte
que sentía en mis caderas y entonces dejé mi cuerpo y me miré a
mismo desde arriba. Desde allí estaba tan cercano a aquel universo
ilimitado…No estaba solo aunque no podía ver a nadie aparte de mí.
Entonces miré más de cerca en aquella profunda oscuridad y mi
visión se hizo clara y nítida. En ese momento pude ver toda esa
información. Me pareció como una crónica del mundo entero. Se
veía como un millón de pequeños puntitos de luz, como los reflejos
multicolores en una piedra de granito, o como toda la reluciente
información almacenada en un DVD. Solo tenías que fijarte en un
punto y podías ver toda la información como una película en tu
mente... Pero toda esa información tenía, de alguna manera el mismo
“sabor” y la sentía como totalmente vacía y sin sentido. Nada
puede nunca perderse allí y nada de todo ello es más que una gota
que cae de nuevo sobre el océano.
En
aquel momento podía decidir si quería disolverme en ese océano de
atemporalidad o si regresaba a mi vida y volvía al tiempo. Para ello
quise saber como sería mi vida después de mi enfermedad y me fue
permitido ver un destello de mi propio futuro: me vi a mí mismo
andando camino arriba con mis hijas, hacía buen tiempo, el sol
brillaba y yo podía caminar bastante bien. Así que me sentí
satisfecho. Me dije a mi mismo: vale, eso no está tan mal, me
gustaría regresar. Entonces una voz, mi voz interna, me dijo: tendré
que morir unos meses antes de lo que hubiera vivido si no hubiera
tenido la enfermedad. Pero eso ya no me asustaba en absoluto. Creo
que si muchos de vosotros no hubierais querido tenerme de vuelta en
la Tierra quizás me habría ido muy fácilmente, porque no había
allí ningún temor a la muerte y me sentía muy muy cómodo. Pues
sí, aquello estuvo muy reñido, pero me decidí de forma bastante
espontánea por la vida porque me dí cuenta que en la Tierra todo
tiene un significado más profundo. ¿Quizás por que solo tenemos el
presente? El pasado y el futuro no son experiencialmente accesibles
para nosotros y es solamente en el aquí y el ahora donde tenemos
todos nuestros sentidos, donde podemos apreciar verdaderamente todas
esas experiencias maravillosas: sentimientos como el amor, felicidad,
alegría, luz y color; el viento y el agua en nuestra piel, el sabor
de comidas deliciosas, la visión de esta Tierra preciosa con todas
sus maravillosas criaturas. Aunque todo ello me parecía de alguna
forma tan carente de sentido en contraste con aquel estado de
atemporalidad, porque el sentido de algo es creado solamente en base
a todos los límites que nosotros marcamos: bello/feo, luz/oscuridad,
bueno/malo, verde/rojo, tu/yo, etc. En la atemporalidad estos
opuestos no existen.
Es
ciertamente muy difícil de imaginar pero una vez que has tenido esta
experiencia perdura para siempre en tu memoria.
Esta
ahora es mi segunda vida, en muchos sentidos. Estoy comenzando una
nueva y disfruto todos estos regalos “mundanos” con mucha más
gratitud y conciencia. ¡Que precioso regalo!, ¡cada día!, ¡cada
momento! Toda esta gente encantadora que nos rodea, especialmente
aquellos con quienes tenemos tan amorosos intercambios.
Quizás
el amor sea la única cosa verdaderamente atemporal en la Tierra, y
de ese modo es nuestro único puente con la realidad atemporal
fundamental. Creo que tal vez sea lo más importante en la vida y lo
mejor de todo lo que los seres humanos somos capaces.
Solo
puedo deciros una y otra vez: ¡Ey, disfrutar de la vida! ¡Es taaaan
maravillosa!
Mi
felicidad por la vida me ha acompañado durante todo el tiempo de mi
enfermedad. He intentado hacer de mi experiencia de estar tan
indefenso algo no tan duro. ¡Aunque eso no fue nada fácil para un
veterano fanático del control como yo! Pero me sorprendió muy
gratamente ver como pude aceptar con tanta facilidad toda la ayuda
que me prestaban y me sentí muy agradecido por ella. Debo admitir,
de todos modos, que a veces intenté tomar el control con mis
quejidos o haciendo algún tipo de drama en situaciones que me eran
desagradables.
Todo
el tiempo de hospitalización estuve acompañado de la bella música
de Johanna Kunin. Ella fue como la mano cálida de una buena amiga a
través de la oscuridad de muchas noches solitarias. E incluso sin
escucharla en mi MP3, sonaba en mi cabeza como una nana y yo amaba,
cada día más, las profundas letras de sus canciones.
Mis
sueños “morfínicos”:
Todavía
recuerdo bien unas cuantas divertidas, y otras horribles,
experiencias que fueron probablemente muy influenciadas por la gran
cantidad de morfina que me era suministrada. Amenudo estaba tan
“colocado” que mis músculos estaban inquietos y en las noches a
veces tuve verdadero miedo de caerme de la cama. Con frecuencia sentí
como si estuviera flotando en mi cama unos 100 mt por encima de las
luces de la ciudad.
Estaba
en un Hospital Universitario y una vez vino una médico con dos
estudiantes para mostrarles como debían realizar un tratamiento
dental en pacientes con parálisis. Ella les explicó en detalle los
dos diferentes líquidos de colores que parecían oler muy mal porque
todos apartaron sus caras cuando los olieron. Al principio uno de los
estudiantes se negó a utilizarlo en mí porque dijo que era tan
fuerte como el petróleo y ciertamente nada saludable si me lo
tragaba. Me entró un enorme temor y me sentí casi como si hubiera
entrado en una cámara de torturas de malas brujas. La médico
entonces me inyectó un montón de esa cosa en mi boca y la succionó
extrayéndola de nuevo con un terrible ruido rugiente. Sabía
malísimo. Pero pude apañármelas para contener mi respiración el
tiempo suficiente y no tragarme mucho. Entonces un enfermero
estudiante me limpió con una esponja y el otro líquido. Primero se
disculpó conmigo diciéndome que era su primera vez haciendo eso y
que yo era su conejillo de prácticas. Me prometió que sería todo
lo cuidadoso que pudiera y lo hizo muy bien, no fue tan horrible como
me esperaba. Le sonreí agradecido y moví mi cabeza en gesto de
amabilidad. Me alegré de tener al menos una persona normal y
amistosa allí en medio de todos aquellos malvados brujos…
Una
vez mis sospechas crecieron tanto que pensé que no estaba en el
hospital sino en una casa privada de cuidados para pacientes
externos en medio de una pelea que se había iniciado entre las
enfermeras. Se gritaban desagradablemente unas a otras y como todas
habían desaparecido se me ocurrió que probablemente todo aquel
lugar sería ilegal y que la policía ya tenía un ojo sobre ellos.
¡Cuando escuché la sirena de la policía me alegré de que toda la
historia pronto terminaría y podría regresar a un hospital en
condiciones!
Solo
esperaba que Claudia y las niñas no se hubieran visto involucradas
en esto de alguna manera, pero entonces los hombres que entraron no
parecían policías y no estaba seguro de si yo debía hacer algo,
pero ni siquiera podía hablar.
Después,
cuando desperté de nuevo, Claudia estaba allí y yo me alegré tanto
de verla…
Intenté
explicarle que los polis habían estado allí y que tenía que
sacarme de allí rápidamente. Gracias a Dios ella fue capaz de
calmarme y explicarme que todo había sido solo un mal sueño.
Pero
en alguna ocasión también tuve sueños agradables. En uno de ellos
estaba de vacaciones en el Cabo de Gata con Claudia y nuestra vieja
autocaravana. Era verano y lo pasábamos muy bien juntos, disfrutando
uno del otro en las hermosas playas. Al principio, cuando desperté
no podía creerme que estuviera en el hospital y que era invierno
realmente. Como deseé haberme quedado un ratito más en mi sueño…
También
tuve una experiencia de sueño “morfínico” muy graciosa. Pensé
que había escuchado que mis amigos Armin y Jessi habían venido a
visitarme pero que no entraron en mi habitación sino que se habían
quedado hablando con las enfermeras en el pasillo. Pensé que
probablemente estaban pasándoselo muy bien porque podía escucharles
riéndose y sentí como cierta envidia. Pero entonces vinieron hacia
mí, vestidos con batas verdes y pusieron todo tipo de trastos viejos
de hospital en mi habitación- una máquina de ultrasonidos y
diversos atriles para inyecciones- Que divertido… porque yo pensaba
que Armin y Jessi habían encontrado todo aquello en algún lugar en
la basura y que estaban gastando una de sus disparatadas bromas.
Pensé que se habían vestido justamente como enfermeros y que se
comportaban como si no me conocieran…Solo al final del tiempo de
visitas Jessi entró para una breve visita. Yo le dije: que bien que
hayas venido a verme… pero no pudo comprenderme y se marchó de
nuevo. Escuché el sonido del motor de un camión y pensé que se
habían marchado de nuevo. ¡Mas tarde las enfermeras discutían que
hacer con todos aquellos trastos y parecían muy confusas sobre ello!
Le dieron orden a una mujer de la limpieza de quitarlo y en algún
momento gracias a Dios todo fue sacado de mi habitación de nuevo.
Mas
adelante cuando les conté la historia a Armin y a Jessi se rieron
muchísimo porque nada de ello había sido real. Lo había imaginado
todo. Esto ocurre frecuentemente con la morfina, todos tus extraños
sueños parecen totalmente reales incluso si son totalmente absurdos.
Amenudo la visión de mis ojos se cruzaba y mi cerebro combinaba las
dos imágenes en una. Esto creaba a veces las más graciosas y
perturbadoras imágenes, tales como una maceta sentada en una silla
con la mirada fija en un ordenador portátil durante un rato largo.
También
estaba muy confuso pensando que las enfermeras españolas hablaban a
veces en dialectos perfectos del alemán, pero amenudo no podía
entender nada de nada. Muchas veces me sentí totalmente roto e
incapaz de vivir.
Despues
de siete semanas en la UVI ya me sentía como si aquello fuera mi
hogar. Fui muy bien tratado y controlado muy de cerca. El equipo de
médicos y enfermeras era fantástico, allí todos y cada uno corrían
de derecha a izquierda y de izquierda a derecha incansablemente.
Amenudo me parecía estar viendo un partido de tenis. Despues de
llevar allí tanto tiempo llegué a conocerlos a todos muy bien y
todos me gustaban mucho. Y al mismo tiempo podía sentir que yo
tambien les gustaba a ellos. El momento de marcharme de allí fue muy
duro para mi; el ultimo dia, uno a uno, todos vinieron a decirme
adios personalmente. Todos me expresaron sus mejores deseos para mi
recuperación y me dieron consejos útiles. Me conmovieron
profundamente y lloré con cada despedida. Todo el equipo llegó a
ser para mí como una nueva familia, mi primer hogar en mi nueva
vida. Despues de mi estancia allí me trasladaron al departamento de
neurología donde estuve las dos semanas siguientes.
De
hecho la peor parte fue aprender a sentarme de nuevo. Comenzaron a
hacer que intentara sentarme en una silla muy pronto. En Cuidados
Intensivos incluso me levantaban de la cama con una pequeña grúa
para colocarme en una silla. La primera vez tuve gran dificultad para
tan solo mantener mi cabeza erguida. No tenía suficiente
sensibilidad en mi trasero para ser capaz de sentir dolor, pero
pronto esto cambió y los ratos de estar sentado fueron mis peores
horas. Finalmente esto cambió cuando fui
capaz
de estar cinco horas sentado y pude hacerlo en una silla de ruedas
con un cojín especial de silicona que mi padre me había comprado.
Ahora
realmente disfruto con todas las pequeñas cosas que estoy
re-aprendiendo todo el tiempo mientras recupero mi vida normal y voy
ganando un trocito más de mi libertad cada día. Recuerdo lo
orgulloso que me sentí cuando pude deslizarme desde mi silla de
ruedas a la taza del wáter y ya no tuve que hacer mis necesidades en
la cama.
Alrededor
de Año Nuevo pude pasar en mi casa cuatro días, la primera vez en
tres meses después de mi vida en un gran hospital de ciudad. Nos
hizo mucho bien a mí y a mi familia, incluso con lo mucho que los
ruidos de mis hijas afectaban a mis nervios.
Me
ayudó tanto por el hecho de sentir tanto amor de ellas y Juliana
realmente no quería dejarme regresar a la clínica de
rehabilitación.
Admiro
tanto a Claudia que manejaba las dos cosas, tanto las tareas del
hogar con dos niñas pequeñas como las constantes visitas a Granada,
con increíble fuerza, buena energía y una calmada fe en mi
sanación.
Pero
aún debo mirar hacia adentro en lugar de hacia afuera para sentir lo
que necesito y cuanto puedo esperar de mi cuerpo. Y por supuesto
necesito hacer mis ejercicios de fortalecimiento pacientemente y con
constancia.
Me
dieron el alta en el hospital el 18 de enero del 2013 después de 103
días. Me marché sin silla de ruedas y sin tomar ya ninguna
medicación. Salí ayudado solamente de un bastón.
Ahora
Claudia solo me cocina lo que me gusta y siempre me sabe a gloria.
Como cantidades increíbles así que estoy ganando rápidamente los
10 Kg. que perdí sufriendo con las comidas del hospital.
Ahora
tengo dos sesiones semanales de rehabilitación en el Centro de Salud
de Órgiva como paciente externo. El médico y el fisioterapeuta son
también muy agradables. Una vez por semana un amigo que vive en la
zona viene a mi casa y trabaja conmigo, es un fisioterapeuta muy
experimentado de Alemania que vive aquí con su familia. Así que
estoy en las mejores manos.
Ya
he comenzado a trabajar, lo cual realmente disfruto. Pero aún tengo
muy poca sensibilidad en mis pies y camino muy temblorosamente. En
las noches amenudo siento dolor en mis piernas y brazos, pero eso lo
considero una buena señal porque significa que están reviviendo. El
cambio más novedoso es que puedo montar de nuevo en mi motocicleta
solar, ¡es una gran diversión, os lo aseguro! Toco algo el piano y
he comenzado a trabajar de nuevo con mi aprendiz Milan. Así que es
todavía un escarpado ascenso.
He
visitado a mis médicos y enfermeras en la UCI, al neurólogo y la
clínica de rehabilitación. Fue muy emotivo, todos disfrutaron un
montón de verme, como si fuera un viejo amigo. Me han dicho que en
la UCI he sido el paciente favorito de la planta, y en eso estaban
todos de acuerdo. Soy realmente muy muy afortunado porque han tenido
otros casos con la misma enfermedad que no se sanaron tan rápido
como yo.
La
enfermedad condenada a tener sentido:
Muchos
de mis amigos me han preguntado qué pienso yo sobre el porqué de
haber sufrido esta enfermedad, si tiene para mí un significado más
profundo o algún tipo de mensaje. Bueno, todos tenemos una tendencia
a darle un significado a nuestras enfermedades. ¿Por qué yo? ¿Qué
error he cometido? ¿Qué cambios necesito hacer en mi vida? A menudo
tengo la impresión de que estuviéramos condenados a encontrarle
cualquier significado o de lo contrario nuestro sufrimiento no
tendría ningún sentido.
Y
así a veces sufrimos incluso más por esos significados que le damos
que por la enfermedad en sí misma.
Cuanto
más pienso en ello más cosas me vienen a la mente, tanto es así
que he comenzado a examinarlo en diferentes capas para no hundirme en
el caos. Y sé que mis interpretaciones son muy probablemente siempre
una mezcla de muchos sistemas de creencias y niveles de conciencia.
Aquí
expongo solo algunos posibles ejemplos de sistemas de creencias:
- Mágico –La enfermedad como penalización merecida. “Si tengo tanto bueno en mi vida, algo malo tendré que tener”. 0… “ mejor no destacarme mucho, si no algo malo me podría ocurrir”
- Katholico – La enfermedad es esencialmente un castigo de Dios por algún pecado. Cuanto peor sea la enfermedad, más horripilante fue el pecado.
- Karma – Cualquier mala acción en el pasado – incluyendo vidas pasadas – ahora “madura” en una enfermedad. Por tanto la enfermedad es “mala” porque representa anteriores faltas y es “buena” en el sentido de que el propio proceso de la enfermedad representa la quema y la liberación de dichas faltas, actuando a modo de purgatorio.
- Científico – Cualquiera que sea la enfermedad, tiene una causa o un conjunto de causas determinadas. Algunas de ellas son identificables, otras son fenómenos aleatorios impredecibles. En cualquier caso, la enfermedad no tiene significado ni tampoco un sentido profundo. Es solo una cuestión de azar y de necesidad.
- Medico – La enfermedad es esencialmente una alteración biofísica causada por factores biofísicos – desde virus hasta traumatismos o susceptibilidad genética y factores ambientales desencadenantes - . Para la mayoría de las enfermedades es mejor no plantearse formas de tratamiento psicológico o espiritual, porque la mayoría de ellas son inefectivas y a menudo impiden un adecuado tratamiento médico.
- Psicológico – Las emociones reprimidas pueden causar una enfermedad. En su forma extrema: la enfermedad es un deseo de morir.
- Nueva Era – La enfermedad es una lección: te abres a la enfermedad porque tienes que aprender algo importante de ella para poder continuar con tu desarrollo espiritual. Es la propia mente la que crea la enfermedad y es tan solo la mente la que puede sanarla.
- Integral u holístico – La enfermedad es el producto de factores físicos, emocionales, mentales y espirituales que son inseparables y no pueden ser ignorados. El tratamiento debe tener en cuenta todas estas dimensiones.
- Existencial – La enfermedad en sí misma no tiene significado. Puede tomar significado si yo se lo doy y yo soy el único responsable de esa decisión. Los humanos somos mortales y finitos y la única actitud realista hacia las enfermedades es aceptarlas como un aspecto de nuestra finitud, incluso si les damos un significado personal.
- Gnóstico – La enfermedad es una ilusión. Todo el universo manifestado en su conjunto es un sueño, una sombra, y la liberación de la enfermedad solo puede darse cuando te despiertas del sueño y descubres la realidad “A” que hay más allá de este universo manifestado. El espíritu es la única realidad y allí no existe la enfermedad.
- Budista – La enfermedad es una parte inevitable del mundo de los fenómenos. Cuestionarse por qué tenemos una enfermedad tiene tan poco sentido como cuestionarse por qué existe el aire. El nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte son los distintivos típicos de este mundo y, como todos los demás fenómenos, son transitorios, dolorosos y sin esencia propia. No hasta la iluminación, hasta el despertar del Nirvana, donde la enfermedad será finalmente trascendida, porque entonces el mundo de los fenómenos es trascendido.
(Fuente:
Ken Wilber. “Gracia y Valor”)
Ahora
ya tienes una idea de cuan fuertemente nuestro propio sistema de
creencias influirá en la determinación del significado. Y también
de cuanto puede verse afectado el proceso de sanación por el
significado que nosotros elegimos – o la mezcla de significados - .
Pero bueno, voy a daros mis propias interpretaciones en 5 diferentes
niveles de conciencia:
El
nivel físico: La
verdad es que nunca he aprendido realmente a escuchar mi cuerpo lo
suficiente. Pero mi recuperación requiere que tenga mucha conciencia
corporal. Si no aprendo ahora se quedaran algunos desagradables
remanentes de la enfermedad, y ellos siempre me recordaran y me
inspiraran a mantener el contacto con mi cuerpo.
El
nivel emocional: Yo
siempre he querido agradar a todo el mundo porque quería sentirme
amado por todos los que me rodean. Y a menudo he dado tanto de mí
que excedí mis límites sin ni siquiera darme cuenta. La enfermedad
ha sido como un freno de emergencia para que fuera capaz de descansar
de nuevo y reencontrarme a mí mismo. Y probablemente no pueda volver
completamente a mí mismo hasta que no estabilice suficientemente mi
equilibrio interior.
El
nivel racional: La
enfermedad destruye el aislamiento de todos los nervios del cuerpo.
Es como un cortocircuito total en el sistema nervioso, de tal
envergadura que las señales del cerebro no pueden llegar a los
músculos y ninguna respuesta del cuerpo puede entrar al cerebro. Y
eso me ha ocurrido a mí…el Solarmichel, quien constantemente está
manejando cables y corrientes eléctricas. Esta enfermedad encaja
totalmente conmigo puesto que siempre estoy tratando con cosas
similares en lo externo.
El
nivel social: Mi
enfermedad me ha reconciliado con la sociedad. Por muchos años he
hecho todo lo que he podido para estar afuera del sistema. Este
cambio ha ocurrido, por un lado, porque he conocido mucha gente
buena, profunda y honesta en el hospital que hacen un trabajo
buenísimo y lleno de sentido. Y también porque ha sido precioso ver
cuanto podemos contar con nuestros amigos en tiempos de necesidad. Y
por otro lado porque estoy realmente contento de que el seguro médico
se haya hecho cargo de todos los costes del hospital y la
rehabilitación. Y esto es algo que yo nunca podría haber hecho por
mí mismo.
El
nivel espiritual: Estaba
preparado para esta experiencia la cual ha demandado de mí una
dedicación total a el aquí y el ahora. Por mi experiencia cercana a
la muerte me ha sido otorgada una comprensión profunda de la
naturaleza de la máxima realidad atemporal. Ambas cosas han sido
pasos muy importantes en mi desarrollo espiritual. He salido
fortalecido de esto y, sin duda alguna, mis experiencias van a ser
una influencia muy positiva en mi vida. Y, desde luego, incluso van a
facilitarme el paso a la muerte.
Los
cambios tras la enfermedad:
Me
voy dando cuenta poco a poco de todos los cambios que ha causado mi
enfermedad en mí. Por ejemplo ya no tengo más miedo a la muerte
porque se que no se pierde nada. Disfruto de la vida más que nunca.
Y me he dado cuenta de que he estado muy enfadado con la humanidad,
porque obviamente no parece que seamos capaces de vivir con
sostenibilidad en nuestro planeta. Eso realmente me molestaba porque
tenemos alternativas de sostenibilidad en casi todas las áreas
medioambientales pero aún no nos hemos decidido a utilizarlas.
Hoy,
después de mi experiencia cercana a la muerte tengo una visión
mucho más relajada de todo ello. Nos veo como niños grandes que no
saben hacerlo mejor. No somos seres perfectos, pero somos después de
todo, aún así, verdaderamente encantadores. Todos vamos a tener que
pagar por ello y está bien.
Pero
mientras vivamos, la única cosa importante es la vida misma. El
presente es lo que realmente tenemos y eso me hace incluso perdonarme
mis errores a mi mismo.
Un
compañero en la desgracia, que por cierto fue un corredor de maratón
famoso, una vez escribió sobre esta enfermedad: es tan raro que te
ocurra como ganar la lotería. De hecho solo uno de cada cien mil la
adquieren. Pero yo creo que es también tan valiosa como ganar la
lotería porque primero te lo quita todo para luego ir
devolviéndotelo parte por parte. A través de ese proceso todos, yo
y cada uno a mi alrededor, nos volvemos mucho más conscientes de
cuan precioso regalo es la vida.
Puedes
encontrar esta historia tambien en aleman y ingles aquí en:
www.michelgeschichten.blogspot.com
Siéntete
libre de escribirme si quieres:
Solar-Michel
Estimado
Solar-Michel, o como parece te llaman en Orjiva Miguel
el solar:
Soy el Dr. José Pomares, uno de los médicos que te atendieron en la UCI. Acabo de leer tu relato sobre como viviste tu enfermedad en la UCI y me ha impresionado, pues en muy raras ocasiones los pacientes críticos que sobreviven tienen la capacidad o las ganas de expresar de alguna manera la experiencia vivida. Parece como si no queriendo recordar lo pasado les ayudara a olvidar y ello les ayudara a recuperarse. Tu, al contrario, te has decidido a comunicar tus experiencias y a decir cuan maravilloso es el regalo de la vida. Tantas veces vivimos renegando por lo que no nos gusta o nos hace sentirnos mal, incapacitandonos para disfrutar del don maravilloso de la vida. Cada dia es un regalo para que podamos amar y hacer el bien. Siempre esperamos ser amados, olvidando que la VIDA está en amar.
Que Dios te bendiga a tí y a tu maravillosa familia y amigos que te quieren!
Soy el Dr. José Pomares, uno de los médicos que te atendieron en la UCI. Acabo de leer tu relato sobre como viviste tu enfermedad en la UCI y me ha impresionado, pues en muy raras ocasiones los pacientes críticos que sobreviven tienen la capacidad o las ganas de expresar de alguna manera la experiencia vivida. Parece como si no queriendo recordar lo pasado les ayudara a olvidar y ello les ayudara a recuperarse. Tu, al contrario, te has decidido a comunicar tus experiencias y a decir cuan maravilloso es el regalo de la vida. Tantas veces vivimos renegando por lo que no nos gusta o nos hace sentirnos mal, incapacitandonos para disfrutar del don maravilloso de la vida. Cada dia es un regalo para que podamos amar y hacer el bien. Siempre esperamos ser amados, olvidando que la VIDA está en amar.
Que Dios te bendiga a tí y a tu maravillosa familia y amigos que te quieren!
1 Comments:
THANKS !
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